Muchas veces vemos en el cielo de la noche la gran constelación de Orion pero,
¿quien ''vive'' allí?, ¿Que hay allí?.
Descifremos un fragmento del gran cazador nocturno.
En el universo podemos ver cosas ''inamovibles'' que nos fascinan, como las estrellas,
que al contemplarlas en una noche despejada nos dejan sin aliento.
Cuando alzamos la vista a nuestro cielo, vemos que el Sol es la
estrella más grande, pero deberíamos saber que
hay estrellas mucho más grandes, como la estrella Betelgeuse,
la famosa estrella roja de la constelación de Orión
(tambien llamada Constelación de El Cazador),
que es 800 veces más grande que el Sol.
''Orión, el Cazador o La catedral del Cielo,
es probablemente la constelación más imponente del cielo.
Sus estrellas brillantes y visibles desde ambos
hemisferios en invierno hacen que esta
constelación sea conocida en todo el globo.
Su estrella más brillante es la supergigante
azul Rigel y la segunda es la gigante y rojiza Betelgeuse.'
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Si la estrella Betelgeuse estuviese en el centro de nuestro sistema
solar se extendería entre la órbita de Marte y la de Júpiter.
Es sumamente enorme. De las estrellas supergigantes,
es la más grande que puede verse sin telescopio.
''Betelgeuse, la super gigante roja más cercana a la Tierra,
se dirige a toda velocidad hacia un intrigante "muro" de gas
y polvo contra el que, según un grupo de astrónomos de la
Agencia Espacial Europea (ESA), chocará dentro de unos 5.000 años.
Eso, por supuesto, si antes la estrella no se convierte en supernova,
en un estallido de tal potencia que sería visible a simple
vista desde nuestro planeta, incluso a pleno día.
El estudio aparece en la revista Astronomy & Astrophysics.''
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¿A que distancia se encuentra de nosotros?
Está a 600 años luz, y por eso no se ve tan grande.
Su luz tarda 600 años en llegar a la Tierra,
así que la vemos como era hace 600 años.
Si la ves a simple vista notarás que es de color rojizo y no blanco.
Aquí la rueda sigue girando impasible
al pulso de los humanos por superarse
y ser mejores o peores que otro ser vivo.
La realidad es que contra estos
colosos la batalla moral,
psicológica y física está perdida.
''No sienten, no padecen y con su luz nos enmudecen.''
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